viernes, 18 de noviembre de 2005

CON LOS PIES POR DELANTE

Nunca antes sentí este tipo de terror,ese que cubre con alas que no son de agua sino de ácido ... alas de ácido que queman, torturan y consumen desde la epidermis hasta los órganos internos y excavan pozos en los huesos. Antes de eso, la angustia. Se te cae el mundo encima. Necesitas ayuda. Sabes que la necesitas y tiendes la mano pero es como si te la amputaran ... como si me amputaran la puta mano nomas al intentar extenderla ¿Y que queda? Ni una puñetera mierda ... Y tu aún tienes tu nombre.Quizas la vida no es mas que un mal chiste. Creces, maduraz, traes un hijo al mundo, todo inocencia,y ¿que ganas con eso?Observarlo. Observar crecer su miedo. Y no puedes detener ese maldito miedo.Bebí un buen trago y noté cómo el ácido neutralizaba los vaciados humores de mi estómago. Todos tenemos nuestras pequeñas tentaciones. Si yo he sucumbido en ellas, no ha sido por mi culpa. Solo pasa que soy débil. Aparte que siempre creí que el dolor libera ¡Es una delicia!A veces tengo la sensación de que en la vida, la violencia no es una excepción, sino la norma. A veces tengo la sensación de que la vida en si es una aberración. La sensación de que la norma no existe.Y luego...¿Que sigue? ... Un grito ahogado, una súplica, un poco de aire, otro grito ahogado, una aspiración indiferente, otro grito ahogado. No hay nadie, pero sientes la precencia de todos junto a tí...Nadie dice nada, todos te miran en silencio, mis amigos del alma y otros tantos mamones, cntemplan la escena sin hacer nada. Mirando nada mas. Otro grito ahogado, y otro. Una sacudida. Un gemído. Otra sacudida. Se me arquea el cuerpo...y basta.

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