domingo, 18 de febrero de 2007

YA NADA PARECE NATURAL


Cuando la luz cae en sus ojos, pareciera que todo fuera parte de uno. Crucificada en la palidez del odio... sigues fingiendo un descanzo... y un modesto abrazo clavando estacas en mi espalda, con sueves roces y pequeños murmullos.



Asegurate que por no más de dos minutos, el aire juege con mis pulmones. Toma en cuenta los segundos de agonía.



Que desafiante se siente cuando toma mis brazos, volteando con su risa y superioridad...



... El cuerpo también se oxida... Lugares sin salidas... Arterias sin cortar...



Del lado contrario se respira mejor... Mi conciencia no tolera lo que debo callar...

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