lunes, 7 de julio de 2008

La Burla Babeante


Ante la santidad de la madre muerta, que babea remotamente lejos, los poetas babean también sobre cráteras, al igual que esas hermosas madres que espantan los espejos. La ví mientras se arrugaba cual Lesbia, se podría rodeada de flores marchitas, de conceptos blancos como si fueran ciertos o como si los poetas fueran necios o tontos y evacuaran en el cáliz de cartón o en las cráteras de lata, o en los patios vacíos de sombras cuando la lluvia ajena no deja de caer en los corredores de las sifilíticas agraciadas.

Escarbaban, pintaban sus uñas y se tornaban grises tal como madres que fingen y juegan a vestirse de maricones en las sombrías inmediaciones de templos. Sueñan, gulan y eucaristen en la gris tarde mientras la luna se viste de semen. El eclipse de sol está frente a una playa oscura ante miles de gaviotas, gaviotas como copas rotas, como niñas rotas, como madres que comienzan a pudrirse frente al reflejo de sus espejos. Los he visto vomitar el prepucio de Dios, sus muñecas, sus clavos y sus astillas. He sido yo quien los ha visto ritualizar, quien los ha visto burlarse de aquellas madres que a oscuras no paran de babear un Viernes Santo, mientras destrozadas cantan a oscuras en corredores atestados de muerte dolorosa.

Era el infierno, la muerte y la noche agria de los poetas necrofílicos que en las aguas amarillas de un Dios sobre los puentes de Manhattan se suicidaron. Se revolcaron, se enterraron lápices, peces, agujas, hostias, botones por el pene y muertos a la hora cierta en que la bomba atómica estallaba en las vulvas de las niñas, en el culo de madres indómitas que venden niños, que los matan y los cuecen bajo puentes o encima de ríos, por sobre la lluvia o por debajo de las aguas de los puentes encendidos de Manhattan

Mientras la muerte sigue babeando, este día que aterroriza sueña conmigo. Rosas blancas, risas rancias, muertos empolvados como viejas niñas. Y pudres madres por besos deshojados ante la muerte. Y no despiertan los poetas ni ahora que mi caballo dá asco y sombras, ni antes, cuando los toqué, escupí miré y oí. Pero aquellos poetas no dejaron de reír, saben reír tal como se ríen de la muerte las madres desleales, madres que quedan clavadas en las cercanías de Hades, clavadas con tachuelas, vidrios y rosas. Les advertí en medio de voces, en medio de Dios, pero ausentes se faxean, se telegraman y poetisan, pero solo se oyen los peces de la angustia y elevan sus gritos en medio del espejo pero nadie oyó a Dios a mitad de la legua, porque los poetas solo reían y sus carcajadas opacaron la voz de Dios. La muerte aguardaba en la mampara del horno que los cremaba y los horneaba a la hora del sueño entre la realidad y el vacío, entre la verdad y lo falso. Dios vestido de buzo orinando contra los poetas rosas y los mercaderes amarillos, contra todo valor y contra toda mentira, contra la lluvia, contra la muerte, contra el silencio

3 comentarios:

Freddy dijo...

Entre oscuridad y Luz tu escrito, me gustó.

Yo no me caracterizó por ser paciente, pero hay espacios en la vida que se debe aprender aunque duela esa espera.

Un abrazo
cuidate


hasta la proxima
adios.

La Banda... dijo...

Hola!

", mientras destrozadas cantan a oscuras en corredores atestados de muerte dolorosa."

Notable, esto es de tu cosecha?

un abrazo!

Diego Peralta dijo...

excelente
otro punto de encuentro
vas a ir el miércoles 30?
pasa por el blog y corre la voz

Miercoles 30 Julio ''El Abasto''
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DP.